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El metaverso: ¿una palabra de moda o una interfaz mejor?

Katy Micallef
Escrito por Katy Micallef
Traducido por Milagros Codo

Ariel Ho Kjaer analiza la caída del Metaverso en los juegos y revela cómo la Web3 podría redefinir la participación, la propiedad y la inmersión digital de los jugadores para la próxima generación en una ponencia en el segundo día de SiGMA Asia.

Antes de adentrarnos en los juegos sociales, es importante aclarar el tema del metaverso. El metaverso se suele presentar como una visión revolucionaria del futuro y es, en esencia, una interfaz 3D que replica nuestra realidad física en el espacio digital, con avatares y entornos interactivos. No es una tecnología nueva, sino que es una nueva perspectiva a través de la cual interactuamos con la información digital.

Piénsalo así: como Google Chrome reemplazó a Internet Explorer, el metaverso está a punto de reemplazar la interfaz web estática por algo más inmersivo. En lugar de navegar por imágenes estáticas de una habitación de hotel, podríamos explorarla en 3D, cambiar la iluminación y mirar por la ventana virtual. En lugar de desplazarnos por fotos de productos, podríamos ver el modelo 3D de una camiseta en un avatar que se parece a nosotros.

Pero hay un problema: los mundos 3D exigen hardware potente. Los dispositivos de RV y RA están en camino, pero su adopción generalizada aún es limitada. Y lo que es más importante, comprender cómo navegar y participar en un mundo 3D supone un salto generacional; uno que los jugadores más jóvenes ya han dado, pero el consumidor promedio aún está aprendiendo.

Web3 y la era de la propiedad

Conectado a esta conversación está el concepto de Web3, un término que a menudo se usa como sinónimo de blockchain, criptomonedas y el metaverso, pero que en realidad se centra en la propiedad. Chris Dixon, de Andreessen Horowitz, lo expresó de manera concisa:

  • La Web1 fue la era de solo lectura (pensemos en los sitios web estáticos).
  • La Web2 es la era de la lectura y la escritura (las redes sociales, obvio).
  • La Web3 es la era de la lectura, escritura y la propiedad, en la que los usuarios son dueños de su contenido, sus datos, sus activos digitales.

Actualmente, los gigantes tecnológicos poseen la mayoría de las plataformas en las que creamos y se benefician de nuestra creatividad. La Web3 desafía esta situación, impulsada por tecnologías descentralizadas que permiten la propiedad entre pares. El metaverso se integra en esta narrativa, pero en esencia, la Web3 busca transferir el poder de las plataformas a las personas.

El juego: el espacio Web3 original

Si quieres ver los principios de la Web3 en acción, no busques más allá de los videojuegos. Mucho antes de los NFT o las criptomonedas, los jugadores ya compraban aspectos, personalizaban avatares, intercambiaban objetos y modificaban experiencias de juego. Todas estas son formas de propiedad digital.

Hoy en día, la industria de los videojuegos es más grande que el cine, la música y el streaming juntos. ¿Por qué? Porque han dominado una cosa: la inmersión.

Y la inmersión no se trata solo de lo visual, sino de lo que te hace quedarte. En los casinos físicos, esto puede ser una iluminación suave, bebidas gratis y un ambiente perfecto. En los juegos, se reduce a tres pilares:

1. Gamificación adecuada

La gamificación no se trata solo de puntos y tablas de clasificación. La verdadera gamificación comprende las mecánicas básicas, la psicología motivacional y el comportamiento del jugador. Como explica Yu-Kai Chou en su libro Actionable Gamification, el diseño de juegos es una combinación de economía del comportamiento, neurociencia e incentivos bien diseñados.

2. Efectos de red

El poder de lo social. Un juego, una app o un mundo virtual cobra muchísimo más valor cuando tus amigos están presentes. Un ejemplo destacado es el evento metaverso de Yuga Labs (de los creadores de Bored Ape Yacht Club), que reunió a más de 7000 usuarios en un espacio compartido, no por su jugabilidad innovadora, sino por su enorme atractivo social. La gente no quiere ir a un casino vacío. Quiere multitudes, conexión, comunidad.

3. Propiedad

Los juegos llevan décadas experimentando con la propiedad digital. Ya sea a través de mercados internos o, más recientemente, con modelos basados ​​en blockchain como la recompra y quema de tokens, el objetivo es claro: que los jugadores sientan que son dueños de una parte de la experiencia.

Algunas plataformas van más allá y experimentan con la repartición de ingresos dentro del juego y con activos en cadena, no solo con tokens criptográficos externos. Estos son pasos iniciales, pero indican un cambio hacia el empoderamiento del usuario y la participación económica compartida.

Asia del Sur: una superpotencia de los juegos sociales

El Sudeste Asiático se encuentra en una posición privilegiada para liderar esta nueva era de los juegos sociales. ¿Por qué?

  • Los usuarios móviles vienen primero: la mayoría de los jugadores en el Sudeste Asiático juegan en dispositivos móviles, no en consolas o PC, lo que reduce la barrera de entrada.
  • Cultura impulsada por los jóvenes: la mayoría de la población tiene menos de 30 años, es nativa digital y socialmente activa en línea.
  • Aceptación de los juegos en términos culturales: los juegos no son un pasatiempo de nicho en el Sudeste Asiático; son un entretenimiento generalizado, a menudo integrado con la cultura pop local e influencers.

Plataformas como TikTok Live, YouTube Gaming e incluso Facebook Gaming están experimentando una interacción masiva, no solo de jugadores, sino también de espectadores. Ver juegos ahora es tan importante como jugarlos. Es esta convergencia de entretenimiento, conexión social y tecnología inmersiva lo que define la próxima ola de videojuegos en la región.

Más allá de las palabras de moda

El futuro de los juegos y el metaverso no se trata de una jerga, sino de inmersión, propiedad y comunidad. Aplicar una apariencia 3D no crea un metaverso ni añadir un token no convierte algo en Web3.

Lo que funciona y lo que el Sudeste Asiático está adoptando es la combinación de diseño inteligente, interacción social y empoderamiento del usuario. Si lo logramos, la frontera entre los juegos, las redes sociales y el futuro internet se desdibujará en algo verdaderamente nuevo.

Como dijo Yu-Kai Chou: el metaverso no es un lugar, sino que es un sistema construido a partir de la psicología, el comportamiento, la tecnología y el diseño. ¿Y el Sudeste Asiático? Ya está jugando el juego, con espectadores y todo.