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Se proyecta que el mercado global de juegos de azar en línea alcance los 153.570 millones de dólares para 2030, con una tasa de crecimiento anual compuesta (TCAC) del 11,9 % entre 2025 y 2030, según un informe de Grand View Research. En el informe, se señala que este auge se debe a la creciente popularidad de los modelos de juegos freemium, la rápida expansión de las plataformas de apuestas móviles y una mayor accesibilidad a internet. Se espera que solo la región de Asia Pacífico atraiga 333 millones de nuevos usuarios de internet móvil este año, lo que impulsará aún más la demanda de sistemas de pago digitales integrados.
En la Semana de la Tecnología Blockchain de Filipinas 2025, durante el panel titulado “Fintech Flex: donde el dinero digital se vuelve real”, expertos de la industria de las criptomonedas y la industria de los pagos se reunieron para discutir el panorama cambiante de las monedas digitales y la infraestructura necesaria para respaldar su futuro.
“Vamos a ver más transacciones de dinero entre máquinas”, explica Alice Truong, vicepresidente y directora de Activos Digitales para la región APAC en Nuvei. “Trabajamos con Mercedes-Benz. Imagina que vas a la gasolinera o al 7-Eleven: ni siquiera necesitas bajarte del coche. Puedes pagar con la billetera dentro del coche, porque ahora todo es programable”.
Truong también predijo un cambio en la gestión de los datos personales y la propiedad a través de la cadena de bloques. “En el futuro, todo estará en la cadena: tus propiedades, tus préstamos, tus coches, incluso las transacciones clandestinas podrán estar en la cadena”. Truong visualiza un futuro en el que las personas puedan presentar selectivamente pruebas de propiedad o datos financieros cuando se les solicite.
Anton Golub, director comercial de FreedX, ofreció un análisis profundo de los casos de uso actuales de las monedas estables y las monedas digitales de banco central (CBDC). “Las monedas estables son un caso de uso probado ―afirmó―. Hoy tienes 250.000 millones de dólares en monedas estables en la blockchain”.
Sin embargo, Golub señaló que gran parte de esta actividad se concentra en el sector comercial. “La mayoría de los casos de uso siguen siendo comerciales. Por lo tanto, los operadores están moviendo dólares de monedas estables en la blockchain. Menos del 10 % se utiliza para fines cotidianos como pagos o remesas”.
En cuanto a las monedas digitales emitidas por bancos centrales, Golub expresó su escepticismo sobre su utilidad para los consumidores. “Las CBDC serán para los bancos ―explicó―. El uso minorista se centrará, principalmente, en las monedas estables. Cada empresa de pagos podría tener su propia moneda estable y plataformas de intercambio. Pero el usuario final usará monedas estables”.
Jonathan Feder, cofundador de Comet, coincidió con Golub, aunque con una crítica más dura: “Las CBDC no tienen mucho sentido, sinceramente ―afirmó―. Podrían funcionar en el plano mayorista, entre bancos y gobiernos, pero no para el uso diario”.
Si bien considera las monedas estables menos como dinero tradicional y más como “una representación de equilibrio”, Feder cree que son muy prometedoras para los servicios financieros internacionales. “Existe una enorme oportunidad para los pagos y las transacciones transfronterizas ―explicó―. Filipinas es un mercado excepcional para las remesas globales. Por eso estamos todos aquí: para ayudar a instituciones, bancos y el sector de la tecnología financiera a adaptarse a esta nueva frontera”.
Golub también habló sobre la tokenización como una tendencia transformadora en los mercados financieros. “Una de las mayores oportunidades actuales en el mundo es la tokenización de activos reales” afirmó citando una iniciativa reciente en Dubái donde se fraccionó la propiedad de un apartamento. “Dividieron el apartamento en partes muy pequeñas. Luego, cientos de pequeños inversores, con tan solo 100 o 200 dólares, se convirtieron en propietarios fraccionados. Esto permite a la gente común acceder a inversiones que antes eran exclusivas de las grandes instituciones”.
Ve un potencial similar en Filipinas. “Hay una gran cantidad de personas inteligentes aquí que se dedican a la producción o a la construcción, en agricultura y logística. Pueden tokenizar sus activos o servicios y obtener liquidez de inversores de todo el mundo”, afirmó Golub.
El próximo capítulo de las monedas digitales reside no solo en tecnologías revolucionarias, sino también en la implementación y adopción pragmáticas de estas innovaciones. Desde pagos automáticos de coches y remesas simplificadas hasta tokenización de inmuebles e identidades programables, las monedas digitales —ya sean monedas estables, CBDC o innovaciones futuras— ya están transformando la forma en que el valor se mueve a través de fronteras, sectores y comunidades.