Una estrella de la MLS en un escándalo de apuestas deportivas
El escándalo de las apuestas vuelve al mundo del deporte. Esta vez, a las puertas del fútbol. El jugador de la MLS de los Colorado Rapids, Max Alves, ha sido suspendido por una investigación potencialmente relacionada con actividades ilícitas de apuestas deportivas.
El incidente en cuestión tuvo lugar en un partido de la MLS en el que Alves recibió una tarjeta amarilla. Aunque ninguna acción en un partido es insignificante, quizá no se tratara de un suceso realmente importante que pudiera haber afectado al resultado del partido, pero los sucesos que incluyen amonestaciones siguen siendo objeto de apuestas en el sector.
El Rapids emitió este comunicado en relación con la investigación:
Somos conscientes de los informes relativos a un jugador de los Colorado Rapids sobre las apuestas deportivas ilegales. Nos tomamos muy en serio este tipo de asuntos y tratamos en todo momento de proteger la integridad del juego. El jugador ha sido apartado de todas las actividades del equipo mientras la MLS lleva a cabo una investigación sobre el asunto.
Este asunto ha salido a la luz en relación con una redada llevada a cabo a principios de esta semana en el país sudamericano de Brasil. La situación se saldó con 16 personas acusadas de amañar partidos. En las filas de las operaciones, se encontraban 7 futbolistas profesionales.
Un reportaje de un medio brasileño destacaba los vínculos con Alves, ya que la investigación le acusaba de recibir una compensación de la operación ilícita por valor de 12.000 dólares por cometer una infracción que conllevara tarjeta amarilla contra el LA Galaxy el 17 de septiembre de 2022.
Tal vez no equivocadamente, muchos aficionados al deporte creen que las actividades de apuestas deportivas que involucran a los que están dentro del juego específicamente son un tema destacado. Estos problemas se han extendido también a muchos otros deportes y ligas aparte.
Situaciones como las de la MLB y la NFL han sido noticia este año y se han convertido en un problema cada vez más frecuente. La naturaleza lucrativa de las apuestas deportivas hoy en día es un tema delicado, como mínimo, con varios factores a tener en cuenta a la hora de diseñar una solución viable.
Las apuestas deportivas y los juegos de azar en general, que antes tenían un carácter indecoroso, se han sometido a una limpieza importante y se ha cumplido con gran vigor una reglamentación más estricta. Una reglamentación que se ha centrado en la protección de los jugadores, tanto frente a operadores deshonestos como frente a la ludopatía, junto con medidas en vigor para defender al sector del blanqueo y las amenazas terroristas.
Sin embargo, las apuestas deportivas aún no se han sacudido la percepción de impropiedad, incluso en sus defensores legales plenamente conformes y bien protegidos. Esto es evidente en los patrocinios y asociaciones en todos los deportes.
El problema radica en los casos de esta naturaleza, en los que la operación es ilícita en sí misma, ya que carece de seguridad y licencia y, por lo tanto, incumple la normativa, tanto en Brasil como en EE. UU. en este caso. Alternativa o adicionalmente, la implicación de cualquier persona de dentro del deporte, específicamente personal de juego, constituye un delito completamente ilegal y además daña insuperablemente la validez y amenaza la existencia continuada de los deportes altamente populares en cuestión.
Desprestigiar el juego y predeterminar o afectar de algún modo los resultados de los partidos de competición podría significar el fin de estas gigantescas entidades. La incertidumbre del resultado es lo que da al deporte su ventaja y protegerla es esencial para su éxito continuado, especialmente en el panorama del entretenimiento, cada vez más predeterminado y pregrabado.
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