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El panorama político turco se ve sacudido por los juegos de azar ilegales en línea y los líderes de la oposición se enfrentan al presidente Erdogan y al Partido de la Justicia y el Desarrollo, y expone la creciente preocupación económica y la extendida participación juvenil en las apuestas digitales.
Según informó el medio Turkish Minute, Ali Babacan, líder del Partido Democracia y Progreso (DEVA) y ex viceprimer ministro, acusó recientemente al presidente Recep Tayyip Erdogan de facilitar la expansión de las apuestas en línea mediante la emisión de licencias que las facilitan, a pesar de su aparente ilegalidad. Durante una aparición en Habertürk TV, Babacan alegó que el gobierno no solo ignoraba las apuestas ilegales, sino que se lucraba activamente con ellas.
“Podrían detenerlo de inmediato, pero no lo hacen ―afirmó―. Al contrario, lo permiten, emiten licencias. Quien emite esas licencias hoy es el presidente del país”.
Si bien todos los juegos de azar y casinos en línea privados están prohibidos en Turquía (los casinos desde 1998 y las apuestas en línea no estatales desde 2006), el gobierno permite unas pocas plataformas reguladas bajo estricto control estatal. Estas incluyen la lotería estatal Milli Piyango y las apuestas deportivas gestionadas por Şans Girişim, una filial de Demirören Holding. La compañía, dirigida por Yıldırım Demirören, aliado de Erdogan, según explicó el Turkish Minute, gestiona İddaa, el operador exclusivo de apuestas deportivas de cuota fija de Turquía, desde 2019.
“Todas estas plataformas dependen de sistemas de pago ―señaló Babacan―. Le dices a la Agencia de Regulación y Supervisión Bancaria que las cierre, y lo hacen; así de simple”.
Sin embargo, atacar la infraestructura de pagos detrás del juego ilegal es más complejo de lo que parece. Recientemente, uno de los emprendedores de tecnología financiera más exitosos de Turquía, Ahmed Karslı, fundador y presidente de la plataforma de pagos Papara, fue arrestado en relación con transacciones ilegales de juego. El ministro del Interior, Ali Yerlikaya, confirmó la detención de 13 personas, entre ellas Karslı, en el marco de una exhaustiva investigación sobre apuestas ilegales y blanqueo de capitales.
Fundada en 2015, Papara cuenta con más de 21 millones de usuarios y está valorada en más de 2.000 millones de dólares. Las autoridades afirman que desempeñó un papel clave en la transferencia de fondos ilícitos vinculados a las apuestas ilegales. Según Yerlikaya, 12.900 millones de liras turcas (unos 330 millones de dólares) se canalizaron a través de más de 26.000 cuentas de usuario, pasando por 274 intermediarios antes de llegar a monederos de criptomonedas propiedad de operadores ilegales.
“Esta red criminal blanqueó grandes sumas y amenazó no solo a las víctimas individuales, sino al tejido social en su conjunto —afirmó Yerlikaya—. Continuamos nuestra lucha contra las apuestas ilegales y el fraude cibernético con determinación por la seguridad de nuestros ciudadanos”.
En marzo, la policía de Estambul arrestó a 49 sospechosos en relación con apuestas ilegales y presunto blanqueo de capitales. La redada desmanteló 23 empresas, entre ellas un canal de televisión, un proveedor de pagos digitales y un banco presuntamente vinculado a redes de apuestas.
Sin embargo, los críticos como Babacan argumentan que estas medidas son nada más y nada menos que superficiales, ya que las entidades vinculadas al Estado continúan dominando los únicos espacios de apuestas legales, lo que genera inquietudes sobre una doble vara.