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La Comisión de Juegos de Puerto Rico ha dado inicio al proceso de solicitud y renovación de licencias para operadores de Máquinas de Juegos de Azar en Ruta (MAJAR), conocidas popularmente como tragamonedas, tras dos años sin regulaciones claras. Este movimiento, oficializado a partir del Reglamento Número 9647, aprobado por la Junta de Supervisión Fiscal en diciembre de 2024, busca regular una industria que había operado en un limbo legal y reforzar la contribución al sistema de retiro de la Policía de Puerto Rico.
El nuevo reglamento, presentado a principios de 2025, establece los procedimientos y requisitos que deben cumplir tanto los solicitantes de nuevas licencias como quienes buscan renovarlas.
La Comisión ha optado por una estrategia de implementación gradual. En esta primera fase, solo se están recibiendo solicitudes de los operadores mayoristas que ya contaban con licencias vigentes bajo la anterior regulación, priorizando así la regularización de quienes ya estaban en el sistema y facilitando un proceso más ágil y ordenado. Los operadores deben presentar un listado de los negocios donde se encuentran sus máquinas, junto con la documentación que acredite los permisos de uso de cada establecimiento.
En etapas posteriores, se abrirá la recepción de solicitudes para el resto de los actores del sector, como los propietarios de negocios y otros proveedores. La Comisión ha prometido anunciar oportunamente las fechas y condiciones de estas siguientes fases, subrayando la importancia de que todos los interesados se mantengan atentos a las comunicaciones oficiales para evitar contratiempos en el proceso de licenciamiento.
El reglamento es claro: ninguna máquina podrá operar en Puerto Rico sin contar con la licencia y el marbete correspondiente, el cual debe estar visible en la máquina. Además, cada máquina debe estar conectada a los sistemas internos de los operadores, permitiendo así una fiscalización más eficiente y la identificación de posibles irregularidades.
Uno de los objetivos principales de esta regulación es combatir la proliferación de máquinas ilegales. Según el director interino de la Comisión de Juegos, Juan Carlos Santaella Marchán, la renovación de licencias es el primer paso para identificar y retirar del mercado aquellas máquinas y negocios que operan al margen de la ley. Santaella Marchán enfatizó que este proceso permitirá distinguir claramente entre los operadores que cumplen con la normativa y aquellos que buscan evadir sus responsabilidades.
La Comisión, en colaboración con la Policía de Puerto Rico, pretende que los fondos recaudados a través del licenciamiento y la fiscalización de las máquinas de azar se destinen a fortalecer el sistema de retiro de los agentes policiales. Esta medida responde a una demanda histórica del cuerpo policial, que ve en estos ingresos una vía para garantizar su jubilación..
El regreso de la regulación supone un cambio de paradigma para la industria del juego en ruta en Puerto Rico. Por un lado, la exigencia de licencias para cada máquina y la obligación de conexión a sistemas internos representan un avance en términos de transparencia y control. Esto debería traducirse en una reducción de la economía sumergida en el sector y una mayor recaudación para las arcas públicas.
Por otro lado, la implementación por fases permite a la Comisión gestionar de manera más eficiente el flujo de solicitudes y evitar cuellos de botella administrativos, un aspecto clave en un entorno donde la demanda de regularización es alta tras dos años de vacío legal. Sin embargo, este proceso también implica retos: los operadores que no logren cumplir con los requisitos en los plazos establecidos podrían perder sus licencias y verse obligados a reiniciar el trámite, lo que añade presión sobre los actores menos preparados o con menor capacidad administrativa.
La industria, por tanto, se enfrenta a una etapa de transición en la que la adaptación a la nueva normativa será determinante para su viabilidad. El mensaje de la Comisión es claro: solo quienes se alineen con la legalidad y la transparencia podrán seguir operando en el mercado puertorriqueño.
La entrada en vigor del Reglamento Número 9647 marca el inicio de una nueva etapa para las máquinas de juegos de azar en ruta en Puerto Rico. La apuesta por la regulación, la fiscalización y el apoyo al sistema de retiro policial refleja una voluntad de ordenar un sector históricamente conflictivo y de canalizar sus beneficios hacia el bien común. El éxito de esta estrategia dependerá de la capacidad de la Comisión para implementar el proceso de licenciamiento con rigor y de la respuesta de los operadores ante las nuevas exigencias legales.