Jim Ratcliffe, propietario de INEOS, lleva al frente del Manchester United desde febrero, tras adquirir una participación del 27,7% en el club. Sin embargo, su gestión ha estado marcado por una serie de decisiones polémicas que han suscitado críticas generalizadas y, al parecer, han minado la moral dentro del club.
Fin del trabajo a distancia
Uno de los cambios más significativos que ha aplicado Ratcliffe es el fin de la cultura del trabajo remoto. A partir del 1 de junio, ordenó que todos los miembros de la plantilla regresaran a sus oficinas. A los que no estaban de acuerdo con la política se les dio la opción de acogerse a la baja voluntaria y recibir su prima de temporada antes de irse.
La decisión ha suscitado la desaprobación de diversos sectores. Keith Wyness, exdirector general del Everton que ahora dirige una consultoría futbolística que asesora a clubes de élite, ha calificado la directiva de Ratcliffe de “bastante innecesaria”. Además, sugirió que Ratcliffe había demostrado ser menos inteligente de lo inicialmente previsto.
Wyness, en declaraciones al pódcast Football Insider’s Insider Track, estaba sorprendido por la decisión de Ratcliffe de volver al estilo de gestión anterior al cierre patronal. Advirtió de que esa medida podría provocar la marcha de varios de los mejores empleados del club, en particular los de los sectores de las redes sociales y la informática, cruciales para generar ingresos.
Empieza el descontento
El planteamiento de Ratcliffe, según Wyness, daña la moral en el Manchester United y demuestra una falta de previsión estratégica. Criticó a Ratcliffe por añadir tensión innecesaria a una situación ya de por sí compleja en la que estaban implicados el entrenador, los jugadores, el nivel ejecutivo, el asunto de Dan Ashworth y el de Old Trafford.
Las implicaciones de las decisiones de Ratcliffe para el Manchester United como empresa son potencialmente importantes. La pérdida de miembros clave del personal podría afectar a las operaciones del club, especialmente en áreas como las redes sociales y la informática, que son vitales para generar ingresos. Además, la moral podría afectar a la productividad general y al rendimiento del club.
Además, las decisiones polémicas de Ratcliffe podrían empañar la reputación del club y hacerlo menos atractivo para posibles inversores y patrocinadores. Esto podría tener implicaciones económicas a largo plazo para el club.
Aunque el cambio suele ser necesario para progresar, la forma en que se lleva a cabo es crucial. El planteamiento de Ratcliffe hasta ahora ha suscitado dudas sobre su liderazgo y la futura dirección del Manchester United. Queda por ver cómo afectarán los cambios al éxito del club dentro y fuera del campo.