Suecia retira su mano: fin de una era para los casinos terrestres

Escrito por David Gravel
Traducido por : Milagros Codo

Suecia jugó su última carta en los casinos terrestres: el 2 de abril de 2025, el Riksdag votó a favor del cierre definitivo de los casinos terrestres y puso punto final a la última sede del Casino Cosmopol en Estocolmo.

A partir del 1 de enero de 2026, Suecia se convertirá en el primer país de la Unión Europea en eliminar los casinos estatales terrestres; algunos sectores alagaron esta medida, mientras que otros quedaron asombrados. Todo esto ocurre justo cuando la industria del juego de Suecia registró un aumento del 3 % en las ventas de 2024, un total de 27.800 millones de coronas suecas (2.470 millones de euros).

Esto forma parte de una reforma aún más grande: caída de las ganancias, cambios de hábitos y temores en torno al dinero ilícito. Aún así, aunque el gobierno lo presenta como el final de un capítulo obsoleto, quienes están dentro del sector no están tan seguros. Los interrogantes siguen vigentes.

El último casino en pie

El Casino Cosmopol de Estocolmo fue alguna vez la joya de la corona de Svenska Spel; ahora, es el último casino en pie. Con el cierre de Sundsvall en 2020 y la desaparición de Gotemburgo y Malmö en 2024, Suecia llegó al capítulo final. Estocolmo se convirtió en la última carta sobre la mesa, y el desenlace era inevitable.

La decisión del Riksdag se produce tras años de registrar caídas en la cantidad de visitantes y en los ingresos. En 2024, el Casino Cosmopol recaudó apenas 165 millones de coronas suecas (14,69 millones de euros), lo que representa una caída del 65 % con respecto al año anterior. Mientras tanto, Tur, la división de Loterías de Svenska Spel, recaudó más de 5.100 millones de coronas suecas (457,46 millones de euros). Incluso Svenska Spel estuvo de acuerdo con el cierre.

Compartimos la evaluación del gobierno y estamos preparados para la decisión del Riksdag”, explicó Ola Enquist, director ejecutivo de Casino Cosmopol, la división terrestre de la empresa estatal Svenska Spel. “Sin embargo, por supuesto que es un golpe emocional muy fuerte, porque el cierre definitivo del casino de Estocolmo es el fin de una era”.

Kungsgatan 65 mantendrá sus puertas abiertas un poco más de tiempo, pero cierre es inminente. Casi 240 puestos de trabajo penden de un hilo; las negociaciones sindicales ya están en marcha, y la propiedad se pondrá a la venta.

Una política de cierre y exclusión

No hay duda de la postura del gobierno. En su opinión, los juegos de casino ya no son una división que el Estado deba gestionar. El ministro de Mercados Financieros, Niklas Wykman, el año pasado escribió lo siguiente: “Las empresas estatales no deben operar casinos”.

La enmienda no solo elimina el papel del Estado, sino que cierra las puertas por completo. No se concederán nuevas licencias, no se permitirán operadores privados, todo termina una vez que Estocolmo deje de operar. En Suecia no quedará ningún casino terrestre legal en pie.

Aquí es donde el consenso se rompe. La Asociación Sueca de Comercio de Juegos de Azar en Línea (Branschföreningen för Onlinespel, BOS) celebró la salida del estado de las operaciones de casinos, pero criticó duramente la prohibición de las alternativas privadas.

Los casinos terrestres juegan un papel muy pequeño en términos de facturación, pero aún tienen una función en el ecosistema general“, comentó Gustaf Hoffstedt, secretario general de la BOS. “Cumplen una función para Suecia como país turístico y para disuadir los centros de juego ilegal”.

La BOS argumenta que una política de juego verdaderamente liberal debería abrir el mercado, no prohibirlo por completo. La asociación también le recordó al gobierno la promesa que no cumplió de desinvertir en Svenska Spel Sport & Casino, la división estatal de casinos en línea, que sigue operando a pesar del impulso ideológico para abandonar el juego estatal. Para la BOS, cerrar el Casino Cosmopol mientras se mantiene un casino en línea rentable bajo el control estatal es un mensaje contradictorio, un caso de conveniencia ideológica más que de coherencia. Para ellos, el gobierno perdió la oportunidad de ofrecer casinos privados correctamente regulados para responder a la necesidad de los jugadores, generar empleo y conservar la supervisión.

Las voces de la industria y las consecuencias legales

Karl-Oskar Hokkanen, asociado de Nordic Gambling, dijo a Noticias SiGMA que el cierre marca un cambio estructural, no un colapso de la industria.

“Esto refleja un cambio estructural en el comportamiento de los jugadores, desde los lugares físicos hacia las plataformas digitales, una tendencia acelerada por la pandemia de COVID-19”, comentó a SiGMA. No refleja necesariamente una disminución del interés en los juegos de azar, solo un cambio de formato”.

Pero Hokkanen también conserva una postura cautelosa. Las nuevas regulaciones —como la propuesta de prohibir las tarjetas de crédito y normas más estrictas para el juego en línea— podrían perjudicar la canalización, que ya está muy por debajo del objetivo del 90 % establecido por el gobierno. Los expertos estiman que menos de la mitad de los jugadores suecos de casinos en línea permanecen dentro del mercado con licencia. Esta cifra es preocupante para quienes aspiran a mantener la actividad del juego segura y regulada.

“Con los casinos terrestres fuera de escena, la lucha por los ingresos del juego ahora recaerá enteramente entre el mercado autorizado en línea y el mercado ilegal”, comentó Hokkanen.

No todo va a cambiar. Los juegos de azar en establecimientos físicos no desaparecerán por completo: las máquinas de fichas en restaurantes y algunos juegos en locales seguirán teniendo autorización.

Discrepancias en los países escandinavos

El enfoque de Suecia empieza a parecer atípico. En Noruega, el organismo regulador reforzó las medidas de control y, recientemente, bloqueó 57 sitios de apuestas ilegales.

En Dinamarca, solo en 2023, los tribunales ordenaron el cierre de 49 sitios sin licencia. Ambos países se han centrado en reprimir el mercado ilegal sin desmantelar por completo los espacios físicos.

Por otro lado, las autoridades de Finlandia tomaron un camino muy diferente. En marzo de 2025, el gobierno propuso planes para romper el monopolio de Veikkaus y abrir la puerta a un nuevo sistema de licencias. Se prevé que el sistema de licencias de Finlandia comenzará en 2026, aunque su implementación completa podría extenderse hasta 2027. Al parecer, los legisladores prefieren una transición gradual en lugar de un cambio brusco. A partir de 2026, los operadores privados podrán entrar en el mercado regulado en línea de Finlandia, mientras que Veikkaus conservará el control de los locales terrestres.

Suecia, en cambio, ha optado por abandonar por completo el mercado terrestre, no solo como operador, sino también como autoridad reguladora. Para algunos, esta decisión es una corrección moral e ideológica, para otros, una medida drástica. Aún no existe una hoja de ruta sobre cómo podrían operar en el futuro los torneos de póquer de alto valor o los locales privados legales. El atractivo turístico ha desaparecido y, junto con él, el freno visible para los clubes clandestinos.

El casino está cerrando, pero el juego está lejos de terminar. Las apuestas han cambiado: de las mesas de fieltro a los cortafuegos, de los locales terrestres a las normas y el cumplimiento.

Resta ver si esta audaz medida dará como resultado que el juego sea más seguro y transparente, o bien clandestino y desorganizado.

Suecia hizo su jugada. Ahora, hay que ver qué toca en la baraja.

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