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Tarek Mansour, cofundador de Kalshi, no es ajeno a la controversia. En un panel reciente en la Conferencia Bitcoin, reveló la encarnizada batalla regulatoria que casi hunde su startup, y lo que esto significa para el futuro de los mercados de predicción, en los que los usuarios pueden apostar legalmente en todo, desde tasas de inflación y partidos de fútbol hasta conflictos geopolíticos.
La estrategia de Kalshi para legalizar las operaciones comerciales basadas en eventos llegó a un punto de inflexión el 5 de mayo de 2025, cuando la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos de Estados Unidos (CFTC) dejó su oposición legal a los mercados electorales de Kalshi.
Esta es la historia de cómo un ex operador de Goldman Sachs ayudó a construir un mercado legal y regulado para apostar en la realidad.
La inspiración de Mansour para Kalshi surgió de su experiencia en Wall Street. “Cuando estaba en Goldman, la gente quería estar expuesta a cosas como la victoria electoral de Trump ―dijo―. Construíamos estos complejos paquetes: acciones, opciones, derivados. Pero todos eran indicadores indirectos. La gente apostaba correctamente al resultado, pero aun así perdía dinero porque el indicador indirecto no se comportaba como se esperaba”.
Estos productos financieros estructurados también eran accesibles solo para clientes adinerados. “Me pareció muy inusual ―continuó Mansour―. El Brexit, las elecciones… estas cosas no solo afectan a los ricos. Afectan a todos. Así que nos preguntamos: ¿qué tal si construimos un mercado financiero donde la gente pueda negociar lo que realmente les importa?”
Esa pregunta sentó las bases para Kalshi: una plataforma de intercambio regulada por el gobierno federal donde los usuarios pueden operar con eventos del mundo real, desde elecciones hasta inflación y patrones climáticos. “Pasamos tres años y medio creando el marco regulatorio para que esto existiera”, explicó.
Sin embargo, la estrategia de Kalshi no fue nada fácil. La plataforma recibió la aprobación regulatoria inicial, pero cuando la compañía propuso mercados basados en los resultados de las elecciones estadounidenses, la CFTC los bloqueó, alegando temores de manipulación y amenazas a la integridad democrática. Kalshi respondió con una decisión audaz: demandó a su propio regulador.
“En aquel entonces, demandar al regulador no estaba de moda ―dijo Mansour―. Ahora es divertido, todo el mundo lo hace. Pero en aquel entonces, era peligroso. Era una muerte por mil cortes: nos atacaban personalmente, atacaban a la empresa”.
¿Por qué correr ese riesgo? “Primero, creíamos que estos productos debían existir ―dijo―. Las encuestas nos han fallado. No sabemos a quién escuchar. Si vas a CNN y Fox, te encuentras con dos historias diferentes. ¿Pero un mercado? Les da a las personas un incentivo económico para buscar la verdad”.
El tribunal finalmente falló a favor de Kalshi, y sentó un precedente que podría transformar la forma en que los estadounidenses interactúan con los pronósticos políticos.
A pesar de su victoria regulatoria, Kalshi, junto con rivales descentralizados como Polymarket, se ha enfrentado a una creciente reacción negativa, tanto ética como legal.
En Europa, varios países prohibieron por completo los mercados de predicción, frente al temor de su impacto en el discurso público y las instituciones democráticas. Incluso en EE. UU., los críticos han expresado su preocupación por los mercados de predicciones que permiten a los usuarios apostar sobre temas muy sensibles. Polymarket, por ejemplo, permite apostar en conflictos militares con la misma naturalidad con la que se apostaría en un partido de fútbol, convirtiendo la guerra en ganancias.
Los mercados de predicción, argumentó Mansour, no están aquí para reemplazar las herramientas de pronóstico tradicionales, sino para complementarlas. “Es como decir que los mercados bursátiles implican que los analistas deberían desaparecer. No, siguen siendo importantes. Pero los mercados aprenden de los analistas, y los analistas aprenden de los mercados. Lo mismo aplica a las encuestas”.
Los datos internos de Kalshi respaldan esta afirmación. “Cuando Don Jr. anunció que se uniría a la empresa como asesor, dijo que su familia estaba observando a Kalshi la noche de las elecciones. Dijo que éramos más precisos que las encuestas”.
¿Uno de los mercados más exitosos de la plataforma? “¿Qué dirá Trump en un discurso determinado? ―preguntó Mansour―. Se negociaron decenas de millones de dólares en eso. Nunca podría haber predicho que sería popular”.
Otros mercados aparentemente nicho, como las apuestas meteorológicas diarias, también han encontrado un impulso sorprendente. Mientras tanto, los contratos económicos más tradicionales, como los pronósticos sobre subidas de tipos de interés, siguen siendo menos populares, a pesar de que la fijación de precios de Kalshi ha demostrado ser más precisa que la de instrumentos convencionales como los swaps de tipos de interés, según su fundador.
Llevar liquidez institucional a un mercado completamente nuevo no es fácil. “La claridad regulatoria es clave ―afirmó Mansour―. Los actores institucionales necesitan garantías sólidas. La adopción lleva tiempo”.
Sin esa claridad, añadió, “no se puede reclutar talento, no se puede recaudar fondos y, ciertamente, no se puede invertir ni asignar recursos para que esto suceda”.
Mansour cree que los mercados de predicciones están entrando en una nueva fase: “Ahora que son legales y están regulados, podemos construir. La infraestructura ya está lista. El siguiente paso es descubrir en qué quiere apostar la gente”.