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Con más de dos décadas de experiencia en el póquer, Dado Alcino ha forjado una trayectoria destacada en la escena del juego brasileño. Desde sus humildes comienzos como cajero hasta su puesto actual como director de Monte Carlo, la historia de Alcino es una de perseverancia, pasión y liderazgo centrado en las personas. En esta entrevista exclusiva, reflexiona sobre su evolución profesional y la dirección estratégica de las operaciones de póquer de Monte Carlo, incluyendo el papel transformador del SiGMA Poker Tour.
Dado Alcino tiene 20 años de experiencia en la industria del póquer, tras haber comenzado su trayectoria junto al fundador de Monte Carlo. Tras varios años trabajando en diversos puestos y clubes de póquer en Brasil, regresó a Monte Carlo con una profunda lealtad y admiración por la marca. “Volví por la amistad, el trabajo y la admiración que siento por el dueño de Monte Carlo”, comparte.
Su ascenso de cajero a crupier, y finalmente a director de torneos y gerente de área de póquer, le ha proporcionado una comprensión integral de las complejidades operativas del juego. Recuerda los desafíos iniciales de la estandarización de las reglas de los torneos en Brasil y los esfuerzos colectivos para profesionalizar el sector, recurriendo a menudo a recursos como el sitio web de DTP para construir estructura y consistencia.
La identidad de Monte Carlo se basa en un enfoque inquebrantable en la experiencia del cliente. El liderazgo de Alcino prioriza la hospitalidad y el servicio atento, que él considera el principal diferenciador del club. “Recibimos muchos comentarios de los clientes sobre lo que se debe mejorar y, con toda humildad, los escuchamos”, explica.
Este espíritu colaborativo se ha arraigado en la cultura del club. “No somos solo nosotros quienes lo hacemos. Los clientes también participan”, añade, reconociendo el mérito de los propios jugadores por el éxito sostenido del Monte Carlo. El trato cercano de Alcino, marcado por sólidos valores familiares y un compromiso con el respeto, se refleja en su estrecha relación con el personal y los clientes.
Un hito decisivo en la evolución de Montecarlo fue la integración del SiGMA Poker Tour. Según Alcino, esta alianza marcó un antes y un después en la capacidad del club para ampliar sus eventos. “El gran cambio en Montecarlo fue crear una plataforma atractiva para los torneos que se ofrecieron con el SiGMA”, afirma.
La ampliación del segundo piso permitió a Monte Carlo albergar un número considerablemente mayor de mesas, lo que mejoró la experiencia general del evento. Además, presentó la marca a un público más amplio que antes desconocía la influencia global de SiGMA. “Todos empezaron a buscar información sobre SiGMA”, recuerda Alcino, destacando el interés generado en redes sociales y en la comunidad en general.
La combinación de la hospitalidad de Montecarlo con el entretenimiento dinámico y la calidad técnica de SiGMA creó una oferta única que conectó profundamente con los jugadores brasileños. “Vinieron seguros de que jugarían en un evento de alta calidad, gran técnica y, al mismo tiempo, una mezcla de diversión, alegría y mucho entretenimiento”.
A lo largo de la conversación, queda claro que el liderazgo de Alcino se basa en un sentido de comunidad, tanto profesional como personal. Su relación de 19 años con su esposa, su conexión con su ciudad natal, Guarulhos, y su capacidad para combinar humor y profesionalismo reflejan una figura con los pies en la tierra y visionaria en el panorama del póquer brasileño.
A medida que Monte Carlo continúa expandiendo su presencia y oferta, Alcino mantiene su compromiso de escuchar, evolucionar y promover la experiencia del jugador. Su historia sirve como modelo de cómo la pasión, la humildad y las alianzas estratégicas pueden impulsar no solo a una marca, sino a toda una comunidad.