Vídeo: Un recorrido por la Escuela Deportiva de Empoderamiento Juvenil de Brasil

Matthew Busuttil
Escrito por Matthew Busuttil
Traducido por Milagros Codo

En el corazón de São Paulo, Brasil, crece una iniciativa extraordinaria que combina la ambición deportiva con una misión social. La Escuela Deportiva de Empoderamiento Juvenil, lanzada con el apoyo de la Fundación SiGMA, es un programa pionero que utiliza el poder transformador de las artes marciales mixtas (MMA) para impulsar a jóvenes de comunidades desfavorecidas.

La misión de la escuela va más allá de entrenar luchadores. Busca forjar el futuro. Mediante un entrenamiento disciplinado de MMA, el desarrollo estructurado de habilidades para la vida y el acceso a recursos educativos, este centro no solo forma atletas; también cultiva líderes, inculca valores y fomenta la esperanza.

La fuerza que impulsa el proyecto

Al frente de la iniciativa se encuentra Roberto Gallo, cuya pasión por el proyecto es profundamente personal. Durante la entrevista, comentó: “Queremos cambiar vidas a través del deporte. Es lo único que hacemos y lo hacemos bien”. El proyecto, Faculdade da Luta (en español “escuela de lucha”), ya estaba en marcha antes de que se iniciaran las conversaciones formales con Eman Pulis, fundador de la Fundación SiGMA. Con su apoyo, el proyecto se hizo realidad.

Gallo hizo referencia a las innumerables historias que conoce: historias de dificultades, perseverancia y potencial desaprovechado. Son estas realidades vividas las que impulsan su compromiso. “Tengo una lista de historias tristes y esto me da fuerzas para formar parte de sus vidas como un deber”, dijo.

Del gimnasio al aula

La escuela deportiva de empoderamiento juvenil está estructurada no solo para formar luchadores de alto rendimiento, sino también para ofrecer un desarrollo integral. Desde orientación académica hasta mentoría y entrenamiento basado en valores, los participantes reciben un camino para salir de la pobreza y alcanzar su el fortalecimiento personal.

Diana Tavares, otra figura clave del proyecto, reflexionó sobre la carga emocional y simbólica de la iniciativa. “Es como un sueño hecho realidad. Hay tanto que hacer en este tipo de actividad. Es un privilegio para nosotros contar con el apoyo de la Fundación SiGMA”, dijo.

El papel y el reconocimiento de la Fundación SiGMA

El director de la Fundación SiGMA, Keith Marshall, se hizo eco de estos sentimientos y calificó el proyecto de “milagroso”. Al reflexionar sobre el ritmo y la escala de la iniciativa, instó a los participantes a pensar en grande: “Formemos deportistas. Formemos atletas. Y formemos grandes seres humanos en la carretera”.

Dando reconocimiento diplomático a la iniciativa, Su Excelencia el Embajador John Aquilina destacó su impacto social. “No puede haber un mejor objetivo en la vida”, señaló. “Sucedió porque personas de buena voluntad tuvieron buenas ideas para mejorar la vida de los jóvenes y brindarles mejores oportunidades”.

Un viaje que apenas comienza

Con aspiraciones de crecimiento continuo y resultados medibles, la Escuela Deportiva de Empoderamiento Juvenil se prepara para su primer hito importante. Como dijo Gallo con optimismo: “Esto es solo el principio. Estaré encantado de hablar con ustedes el año que viene para ver qué logramos en el primer año”.

A través de la colaboración, la compasión y el deporte de combate, esta iniciativa representa un faro de progreso en el panorama del desarrollo social de Brasil, un golpe, una lección, una vida a la vez.