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El pronunciamiento del Tribunal Supremo configura una decisión en la videolotería italiana, al clarificar la responsabilidad de los operadores ante errores del sistema. El caso gira en torno a un usuario de Roma que, en 2012, creyó haber alcanzado el sueño de cualquier apostador: un premio de nueve millones de euros. La máquina de videolotería comenzó a destellar y expulsó un comprobante con una cifra astronómica, pero la alegría duró poco. Snai, el operador de apuestas, desestimó la victoria alegando un fallo técnico en el sistema informático, según reporta el diario italiano La Nazione.
El incidente, según la empresa, se produjo tras un apagón informático que afectó a la red nacional y generó la emisión de 241 comprobantes millonarios en 174 terminales de todo el país. Snai, apoyada por la empresa británica Barcrest, sostuvo que el premio había sido fruto de un error técnico. Así, el usuario se enfrentó a una larga batalla legal que duró trece años, según reportan diarios locales.
Las videoloterías en Italia, conocidas como VLT (Video Lottery Terminal), son máquinas electrónicas de juego que permiten a los usuarios apostar en una variedad de juegos digitales, como tragamonedas/tragaperras virtuales, juegos de cartas y otros entretenimientos basados en el azar. Estas terminales están presentes en salas de juego, bares, cafeterías y locales autorizados, y funcionan bajo una estricta regulación por parte de las autoridades italianas.
El litigio llegó primero al Tribunal de Lucca y, posteriormente, a la Corte de Apelaciones de Florencia. Ambos fallos dieron la razón a Snai, negando el pago del premio millonario. El usuario, sin embargo, no se rindió y elevó el caso hasta el Tribunal Supremo de Italia. Su argumento era claro: había recibido un comprobante ganador emitido legalmente y debía ser compensado por la empresa operadora de la videolotería.
La defensa de Snai insistió en que el fallo del sistema, atribuido a un ataque informático, invalidaba el premio. Sin embargo, el Tribunal Supremo consideró que la prueba presentada no era suficiente para negar el premio al apostador. Los jueces señalaron que, aunque el comprobante mostrara una cifra superior, el usuario conocía de antemano el límite máximo de premio establecido en la máquina.
El fallo establece que, ante un error técnico o un deficiente funcionamiento del sistema informático, la responsabilidad recae sobre el operador, no sobre el usuario. La normativa italiana de videoloterías responsabiliza al operador de garantizar sistemas seguros y funcionales, conforme al artículo 2043 del Código Civil, que obliga a indemnizar daños injustos causados por negligencia o intención. Si un fallo técnico genera un premio erróneo, la empresa no puede eludir su compromiso alegando errores externos, salvo que demuestre mala fe del jugador. El Tribunal Supremo, en el caso Snai (2025), estableció que el operador debe pagar el premio máximo conocido por el usuario (500.000 euros), aunque el sistema muestre cifras superiores, protegiendo al jugador y evitando reclamos abusivos, en un equilibrio que fomenta la seguridad jurídica y la inversión en sistemas robustos.
“Si, debido a una anomalía o mal funcionamiento del sistema informático, que en todo caso es determinado y no imputable al usuario, se emite una combinación ganadora, el operador de la lotería instantánea está obligado a pagar el premio al titular del recibo ganador”, dice la sentencia.
Esta decisión refuerza la seguridad jurídica de los usuarios de videolotería y obliga a los operadores a garantizar la integridad de sus sistemas. Además, la corte criticó a Snai por no llamar a declarar a la empresa responsable del software, Barcrest, lo que podría haber aportado más luz sobre el origen del fallo.
Pese al triunfo judicial, el premio final será mucho menor a los nueve millones de euros que indicaba el comprobante. El Tribunal Supremo aclaró que Snai solo está obligada a pagar el monto máximo permitido en la máquina, que en este caso era de 500.000 euros. El usuario, por tanto, no podrá reclamar una cifra superior, ya que conocía el límite establecido en el momento de la apuesta.
La decisión sienta un precedente importante para la industria de la videolotería y los juegos en línea. Los operadores deberán revisar sus protocolos y sistemas para evitar errores técnicos que puedan afectar a los usuarios. Mientras tanto, el usuario de Roma espera que, tras años de lucha, finalmente reciba el premio que le corresponde.