El sector del juego en el Reino Unido vive momentos difíciles por la inactividad del negocio durante los periodos de restricciones y al aumento de los costes de explotación. Como consecuencia, muchos locales han cerrado. Todo ello, repercute en las comunidades locales al perder puestos de trabajo y disminuir la actividad económica. El gobierno prevé que las medidas nuevas ayuden a revitalizar el sector y garantizar a su vez proteger correctamente a los consumidores.
En mayo de 2023, el gobierno puso en marcha un programa de reforma de la regulación conocido como «programa de regulación más inteligente». El objetivo del programa es mejorar la regulación y las orientaciones para las empresas, garantizar la claridad, la proporcionalidad y eliminar cargas innecesarias que podrían ahogar la innovación y el crecimiento.
Como parte de la iniciativa, el departamento de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte (DCMS) publicó un libro blanco en abril de 2023. El documento esbozaba los planes del gobierno para modernizar la regulación del sector del juego, con especial atención a los juegos de azar tradicionales. El libro blanco proponía varias medidas clave para actualizar las anticuadas restricciones normativas que se aplican actualmente al sector.
Entre el 26 de julio y el 4 de octubre de 2023, el DCMS llevó a cabo una consulta pública sobre estas medidas. Tras analizar las pruebas, el gobierno decidió aplicar varias medidas:
La consulta recibió 87 respuestas de una amplia variedad de partes interesadas, incluidos investigadores, operadores de centros de juego para adultos, operadores de bingo, organizaciones de campaña, operadores de casinos, particulares, autoridades locales, representantes de bares y respuestas de la industria del juego en general.
La respuesta del gobierno proporciona a los operadores de juego no remotos una notificación clara de la intención de introducir las medidas establecidas en esta respuesta del gobierno. Tras publicarse la respuesta, se presentarán seis leyes al parlamento.
El gobierno se compromete a garantizar que la regulación de los juegos de azar terrestres sea adecuada para la era moderna y proporcional al riesgo asociado a los productos de juego que se ofrecen. No obstante, reconoce que una minoría de clientes sufre daños relacionados con el juego y que es necesario establecer salvaguardias para protegerlos.
