Una espiral de decadente, del éxito a la ludopatía

Lea Hogg July 30, 2024
Una espiral de decadente, del éxito a la ludopatía

 La adicción al juego o ludopatía es una enfermedad grave que puede acarrear graves consecuencias. Se manifiesta de diversas formas, cada una de ellas tan preocupante como la siguiente.

Uno de los primeros signos es preocuparse por el juego. Esto implica pensar constantemente en experiencias pasadas, presentes o futuras. A medida que avanza el trastorno, surge la necesidad de jugar con mayores cantidades de dinero para alcanzar el mismo nivel de excitación, un fenómeno conocido como tolerancia.

La adicción se hace más evidente cuando se repiten los esfuerzos infructuosos por controlar, reducir o dejar de jugar. Esta lucha suele ir acompañada de inquietud o irritabilidad al intentar reducir o dejar de jugar, un estado conocido como síndrome de abstinencia.

A medida que empeora la adicción, el individuo puede entrar en racha de pérdidas e intentar recuperar el dinero perdido jugando más. Esto suele ir acompañado de engañar y mentir a los familiares o a otras personas para ocultar la magnitud del juego.

El trastorno puede llevar al individuo a arriesgar relaciones u oportunidades importantes. Continúan jugando a pesar del riesgo o pérdida real de relaciones importantes, trabajo u otras oportunidades. En situaciones desesperadas, pueden depender de otros para que les proporcionen dinero con el fin de aliviar la presión financiera por jugar.

Otro signo de este trastorno es el abandono de responsabilidades. El individuo puede evitar el trabajo u otros compromisos para jugar. En casos extremos, puede recurrir a vender objetos personales para poder jugar.

Estos signos pueden variar en intensidad y no estar presentes en todos los individuos.

La rehabilitación del trastorno del juego es posible con el apoyo y las herramientas adecuadas.

La ciencia detrás de los comportamientos compulsivos: juego, compras y alimentación

El juego compulsivo, la compra compulsiva y la sobrealimentación compulsiva pueden parecer problemas distintos. Aun así, comparten un hilo conductor: el sistema de recompensa del cerebro. En la base de estos comportamientos, se encuentra la liberación de sustancias químicas que producen bienestar como la dopamina. Estas promueven los actos compulsivos para participar en estas actividades.

Cuando una persona juega, la expectativa de ganar desencadena una oleada de excitación, similar a la satisfacción que uno siente cuando compra algo que le gusta pero que no puede permitirse. Tanto si es una joya o una mansión, el sistema de recompensa del cerebro vincula esta sensación de bienestar con el acto de adquirir algo. Así, crea un poderoso impulso de repetir el comportamiento.

Para los adictos compulsivos, la búsqueda es a menudo más emocionante que la propia ganancia o adquisición. Esta puede provocar importantes pérdidas personales y económicas, ya que el adicto sigue buscando el subidón a toda costa. La clave para romper el ciclo es saber cuándo parar. Cada paso por ese camino aumenta el riesgo de declive social y pobreza.

Entender la ciencia que subyace a estos comportamientos puede ayudar a desarrollar mejores estrategias para gestionarlos y superarlos. Al reconocer las similitudes entre los distintos tipos de comportamientos compulsivos, podemos crear intervenciones y sistemas de apoyo más eficaces para quienes luchan contra la ludopatía.

La historia de Jenny: Un cuento con moraleja

Un reportaje de The Guardian cita a Jenny, una mujer que una vez consiguió su sueño de tener una casa propia a base de trabajo duro y determinación, sólo para perderlo todo a causa del juego en línea.

Jenny, una contable de éxito, compró su propia casa en 2016. Sin embargo, su vida dio un giro drástico cuando empezó a jugar a las tragaperras en línea para ayudar a una amiga con problemas económicos. Al principio, Jenny veía el juego como una diversión inofensiva, pero pronto se vio gastando hasta 5.000 € al día.

Su adicción aumentó rápidamente: consumía su renta disponible y provocaba consecuencias graves. En enero de este año, Jenny había perdido su casa y su trabajo, y se enfrentaba a un proceso judicial por malversar 275.000 libras de su anterior empresa para financiar sus pérdidas.

La aparición de productos de juego en línea altamente adictivos ha provocado un aumento de casos similares. Las cifras nacionales revelan que se calcula que 1 de cada 40 personas se enfrenta a problemas graves derivados del juego, como actividades delictivas, rupturas sentimentales y falta de vivienda.

La ludopatía de Jenny empeoró durante el confinamiento en la primavera de 2020. Entró en una racha de pérdidas e intentaba recuperar el dinero que había perdido. La muerte del amigo al que había intentado ayudar la empujó aún más a las garras del juego.

A pesar de la gravedad de su situación, las plataformas de juego nunca le pidieron pruebas de sus ingresos ni la animaron a tomarse un descanso. Cuando se le acabó el dinero, empezó a transferir fondos desde su lugar de trabajo, plenamente consciente del error.

Cuando sus jefes descubrieron que faltaba dinero, la suspendieron, pero no pudo dejar de jugar. En diciembre intentó suicidarse. En enero decidió finalmente buscar ayuda.

La encuesta sobre el Juego en Gran Bretaña reveló que aproximadamente 1 de cada 20 adultos que se plantea el suicidio dice que está relacionado con el juego. Liz Ritchie, cofundadora de la organización benéfica Gambling With Lives, cree que estas cifras podrían ayudar a eliminar el estigma que rodea a la ludopatía.

Jenny encontró ayuda en la organización benéfica GamCare, que ayuda y ofrece recursos a los afectados por la ludopatía. Su historia es un recordatorio de las devastadoras consecuencias que puede tener y de la importancia de buscar ayuda lo antes posible.

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