El exjugador de la NBA Etan Thomas comparte su testimonio personal sobre las amenazas a las que se enfrentan los deportistas universitarios por las redes sociales y el juego en un artículo de The Guardian. Reflexiona sobre sus propias experiencias como jugador universitario a finales de la década de 1990 y las contrasta la actualidad, donde los deportistas jóvenes tienen que soportar una avalancha de abuso en línea.
Etan Thomas destaca incidentes recientes de los torneos de la NCAA en los que atletas denunciaron haber recibido amenazas de muerte en redes. Angel Reese, tras perder el LSU ante Iowa, confesó que había recibido este tipo de amenazas desde que ganó el título nacional en 2023. Del mismo modo, Gabbie Marshall, de Iowa, borró sus redes sociales debido a las amenazas recibidas tras cometer una falta decisiva contra UConn en la Final Four.
En el ámbito masculino, Carson Barrett, de Purdue, recibió una amenaza de muerte en Instagram después de que su triple influyera en el resultado de las apuestas de un partido. Este incidente plantea interrogantes sobre si este tipo de abusos y amenazas por parte de los aficionados se convierte en la nueva norma para los deportistas universitarios.
El presidente de la NCAA, Charlie Baker, en una carta a los dirigentes universitarios, compartió datos que indican que aproximadamente uno de cada tres deportistas de alto nivel recibe mensajes abusivos de alguien interesado en las apuestas. Los datos también muestran que el 90% de este acoso se genera en línea o a través de las redes, mientras que el 10% restante se produce en persona, a veces incluso por parte de otros estudiantes del campus.
Thomas recuerda su época en la Universidad de Siracusa, de 1996 a 2000, un periodo en el que Internet no estaba tan extendido. Reconoce que, aunque los aficionados a menudo se mostraban descontentos tras una derrota, y los jugadores se enfrentaban a abucheos, la escala y la intensidad del abuso se han magnificado con el auge de las redes. También señala que los jugadores negros siempre han recibido una parte desproporcionada de odio por parte de la corriente dominante en Estados Unidos.
Etan Thomas citó a Juwan Howard, uno de los Fab Five de principios de los 90, y describió el impacto de las redes sociales en las reacciones de los deportistas. Howard recordaba haber recibido cartas racistas y llenas de odio, y comparó la experiencia con las luchas por la integración racial de los años sesenta.
Etan Thomas criticó el excesivo acceso que los aficionados tienen a los deportistas a través de las redes sociales. Señala que antes, los aficionados tenían que escribir una carta para expresar su enfado. Era un proceso que podría haberles dado tiempo a replantearse sus acciones. Sin embargo, con las redes, los aficionados pueden canalizar su ira, frustración, decepción e incluso odio hacia los deportistas al instante.
A todo ello se suman las apuestas deportivas, ahora legales en la mayoría de los estados de Estados Unidos. Esto ha exacerbado el abuso, ya que los apostantes descargan su frustración contra los jugadores cuando pierden dinero. El relato de Etan Thomas es un duro recordatorio de los retos a los que se enfrentan los jóvenes deportistas en la era de las redes y las apuestas en línea, y exige medidas más contundentes para protegerlos.
Recursos legales para los deportistas universitarios
Los deportistas disponen de recursos legales ante las amenazas. Los deportistas universitarios que cometen delitos están sujetos a enjuiciamiento como cualquier otra persona. Sin embargo, a menudo se enfrentan a más sanciones por parte de los administradores universitarios y los departamentos deportivos. Las universidades y otros centros de enseñanza postsecundaria tienen códigos de conducta para los estudiantes deportistas. Estos códigos lo abordan todo, desde las normas académicas hasta la seguridad en los viajes. También abordan las agresiones sexuales y otras conductas delictivas.
Si un deportista universitario se enfrenta a cargos penales, se recomienda que busque ayuda legal. Las sanciones administrativas no requieren condenas penales y pueden incluir suspender los programas deportivos o de la participación deportiva.
También hay desafíos legales en curso contra la NCAA. Por ejemplo, una demanda interpuesta por el nadador Grant House de Arizona State en 2020 podría costar a la NCAA y a las principales conferencias más de 4 mil millones de dólares en concepto de daños y perjuicios y dar lugar al reparto de los ingresos de los deportistas de esos acuerdos televisivos multimillonarios.
Además, hay en curso procedimientos de la Junta Nacional de Relaciones Laborales que sopesan si ciertos atletas son empleados de sus universidades, ligas o de la NCAA. Esto podría dar lugar a que los deportistas universitarios consiguieran la condición de empleados.
En conclusión, aunque existen recursos legales para los deportistas que se enfrentan a amenazas, el panorama es complejo y evolutivo. Se aconseja a los deportistas que busquen asesoramiento jurídico para abordar estas cuestiones. También es importante que los deportistas, entrenadores y otras partes interesadas se mantengan informados para garantizar el cumplimiento de todas las leyes federales, estatales y de la NCAA y mantener la elegibilidad.
Casos legales significativos recientes
Hace poco se han producido varios casos legales importantes relacionados con los deportistas universitarios:
Tribunal Supremo de EE. UU. contra la NCAA: En junio de 2021, el Tribunal Supremo de EE. UU. falló a favor de los estudiantes deportistas en una disputa sobre compensaciones con la National Collegiate Athletic Association (NCAA). El tribunal decidió por unanimidad que los límites de la NCAA a los beneficios relacionados con la educación para los atletas no pueden aplicarse. La NCAA había defendido sus normas como necesarias para preservar la naturaleza amateur de los deportes universitarios. Sin embargo, el tribunal no estuvo de acuerdo y afirmó que la NCAA buscaba “inmunidad frente al funcionamiento normal de las leyes antimonopolio”, argumento que el tribunal rechazó.
NCAA Student-Athlete Pay to Play: Hagens Berman logró un acuerdo de 208 millones de dólares contra la NCAA en relación con los límites a las becas de los estudiantes en materia de defensa de la competencia. También consiguieron 60 millones de dólares en acuerdos combinados contra Electronic Arts y la NCAA en relación con los derechos de imagen de los jugadores en los videojuegos. Además, alcanzaron un acuerdo por valor de 75 millones de dólares en relación con las conmociones cerebrales y los protocolos de seguridad.
Tribunal federal de apelaciones contra la NCAA: Un tribunal federal de apelaciones se puso del lado de los atletas en una batalla legal, dictaminando que la NCAA no podía limitar los beneficios ligados a la educación. El Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito de EE.UU. declaró que los beneficios académicos son diferentes de los salarios profesionales, y su decisión allanó el camino para que las universidades ofrezcan más de estos beneficios a los jugadores de la División I.
Estos casos ponen de relieve la evolución del panorama del atletismo universitario y los retos jurídicos a los que se enfrenta la NCAA. También ponen de relieve el creciente reconocimiento de los derechos e intereses de los estudiantes-deportistas.