El presidente de la NCAA aboga contra las apuestas deportivas y prop

Lea Hogg March 29, 2024
El presidente de la NCAA aboga contra las apuestas deportivas y prop

Charlie Baker, presidente de la NCAA y anterior gobernador de Massachusetts (arriba), preocupado por el impacto de las apuestas deportivas y las apuestas prop en el deporte universitario. Su preocupación es tal que el pasado miércoles instó a las autoridades estatales a prohibirlas. Prohibirlas, tal como propone Baker, podría acelerar la tendencia y empujar a los apostantes hacia plataformas no reguladas que sigan ofreciendo este tipo de apuestas.

Se trata de un reto para el floreciente sector de las apuestas deportivas legales, que vivió un crecimiento de casi el 50% el año pasado. Incluso si Baker consigue persuadir a los estados para que frenen esta tendencia, existe el riesgo de que los apostantes recurran al mercado clandestino.

Las apuestas de proposición ofrecen a los jugadores la oportunidad de apostar por acontecimientos específicos o por la actuación de jugadores concretos en un partido. Esto se aleja de las apuestas tradicionales, que se centran en el resultado del partido o en el total de puntos anotados. Los organismos reguladores temen que las apuestas prop puedan ser manipuladas por jugadores o apostantes para amañar los resultados. Dicha preocupación no es infundada, como demuestra la reciente investigación de la NBA sobre el escolta de los Toronto Raptors Jontay Porter. Se sospecha que se beneficiaban ilícitamente de las apuestas prop en sus propios partidos.

“Los problemas de las apuestas deportivas van en aumento en todo el país, y las apuestas de utilería siguen amenazando la integridad de la competición”, declaró Baker. “La NCAA está trazando la línea de las apuestas deportivas para proteger a los estudiantes-atletas y para proteger la integridad del juego-los problemas en todo el país estos últimos días muestran que hay más trabajo por hacer.”

Aumenta la popularidad de las apuestas deportivas y las apuestas prop

Las apuestas deportivas, que están reguladas a nivel estatal, han sido un tema de debate recientemente. La NCAA ha instado a los estados individuales a prohibir las apuestas prop en los deportes universitarios. Se trata de una política que ya se ha implementado en Vermont, Ohio y Maryland este año, según Baker.

En 2018, el Tribunal Supremo levantó una prohibición federal sobre las apuestas deportivas. Desde entonces, las apuestas deportivas se han legalizado de alguna forma en 38 estados y en el Distrito de Columbia. Las apuestas prop, aunque solo representa una pequeña fracción del volumen total de apuestas, están en el centro de atención. La Comisión de Control de Casinos de Ohio informó de que las apuestas prop representan alrededor del 2% de todas las apuestas deportivas realizadas en el estado, aunque no hay datos federales disponibles.

Las apuestas prop han suscitado una gran atención, tanto positiva como negativa. Por ejemplo, las apuestas prop excéntricas de la Super Bowl, como si Taylor Swift llegaría de Tokio a tiempo para ver jugar a su novio Travis Kelce, o cuál sería la primera palabra de Usher durante su espectáculo del descanso, fueron clave el mes pasado. Sin embargo, los críticos sostienen que estas apuestas pueden exponer a los jugadores a posibles acosos, una preocupación que llevó a Maryland a prohibir este tipo de apuestas a principios de este mes.

El sector de las apuestas deportivas también se ha visto afectado por escándalos de gran repercusión. Shohei Ohtani, superestrella de los Dodgers de Los Ángeles, acusó la semana pasada a su intérprete de robarle millones de dólares para pagar sus deudas de apuestas deportivas. El entrenador de la NBA, J.B. Bickerstaff, también reveló que había recibido amenazas de jugadores en el pasado. A pesar de los problemas, el sector sigue creciendo. La American Gaming Association informó de unos ingresos de casi 11 mil millones de dólares el año pasado, un aumento del 45% con respecto a 2022.

La industria de las apuestas deportivas, que ha vivido un aumento de popularidad, no se vería afectada financieramente de manera significativa por prohibir las apuestas prop universitarias. Esto se dbee a que las apuestas constituyen una porción menor del mercado. Sin embargo, prohibirlas podría tener consecuencias imprevistas, como animar a los jugadores a realizar apuestas de utilería idénticas a través de casas de apuestas deportivas no reguladas en lugar de las autorizadas.

A juzgar por las repercusiones que han tenido hasta ahora los comentarios de Baker sobre las apuestas de utilería, está claro que las apuestas ilegales gestionadas por casas de apuestas sin licencia, webs sin autorización y operaciones de apuestas deportivas con licencia fuera del estado o país del apostante en EE. UU., dejan una huella mayor que su contraparte legal. Por lo tanto, una vez más, esto pone de relieve la urgente necesidad de medidas reguladoras para abordar este problema.

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